lunes, 21 de junio de 2010

Medicalización de la niñez: el caso del ADD/H

El país|Martes, 17 de octubre de 2006
CRECIO UN 50 POR CIENTO LA FACTURACION DE PSICOFARMACOS PARA NIÑOS

Las pastillas que no tienen edad

La industria farmacéutica facturó el año pasado 150 millones de pesos en estimulantes y otras drogas para chicos, un 50 por ciento más que en 2004. Y ya se pidió un aumento en el cupo para Argentina del metilfenidato, la droga estrella para tratar el llamado ADD. Los especialistas advierten el riesgo de la “medicalización” de la infancia.

Por Mariana Carbajal
/fotos/20061017/notas/NA03FO01.JPG
El llamado ADD se diagnostica con demasiada rapidez, dicen los expertos, en chicos inquietos y desatentos en la escuela.
La venta de los estimulantes y otras drogas que se recetan a chicos inquietos y desatentos en el aula aumenta sin pausa en la Argentina: la industria farmacéutica facturó en 2005 alrededor de 150 millones de pesos en ese rubro, un 50 por ciento más que en 2004. El principal psicofármaco que se usa para tratar los cuadros diagnosticados con el llamado Síndrome de Déficit de Atención con y sin Hiperactividad (ADD/ADHD, por su sigla en inglés) es el metilfenidato, una droga de acción similar a las anfetaminas, que por su potencialidad adictiva está incluido en el listado de drogas de alta vigilancia controladas por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU. Cada país tiene un cupo máximo de importación de metilfenidato por año fijado por la JIFE. Por el crecimiento del mercado, para el 2007, los laboratorios locales pidieron al Gobierno ampliar esa cuota en casi un 40 por ciento. “El Estado debería explicar cómo una droga que está controlada se vende masivamente”, cuestionó el prestigioso neuropediatra León Benasayag. Mientras crece la polémica en torno de si se trata de una patología inventada por la industria y se alerta cada vez más sobre los efectos adversos en niños del metilfenidato y otros estimulantes, especialistas advierten que la medicación del ADD y ADHD es sólo la punta de un iceberg de una tendencia en aumento de “patologización” de la infancia, impulsada por laboratorios que buscan ampliar un mercado adulto saturado. “Ahora la nueva moda mundial es utilizar antidepresivos en chicos”, apuntó Benasayag.
“En los últimos tiempos observamos asombrados un incremento increíble de ‘diagnósticos’ rápidos, cada uno de los cuales viene acompañado con su respectiva etiqueta y su sigla en inglés: tenemos así las aulas pobladas con chicos con ADD/ADHD, TEA, TOC, ODD y por qué no algunos TGD”, reveló a Página/12 la psicopedagoga Gabriela Dueñas, que se desempeña en varios colegios privados de la zona norte del conurbano. TEA es Trastorno Específico de Aprendizaje; TOC, Trastorno Obsesivo Compulsivo (el que sufre Jack Nicholson en su genial personaje del film Peor imposible); ODD es Trastorno Oposicionista Desafiante, “el chico problema, el cuestionador y desafiante”, aclara Dueñas; y TGD se refiere a Trastornos Generalizados del Desarrollo. La tendencia a rotular y medicalizar a los chicos –agrega Dueñas– se observa en colegios a los que concurren alumnos de sectores medios y altos del Gran Buenos Aires y la Capital Federal. “Al diagnosticar con ligereza estos cuadros les dicen a los padres que sus hijos tienen un problema de base constitucional genético y por lo tanto crónico. El etiquetamiento de un niño tiene consecuencias. La imagen que los otros, particularmente sus padres y maestros, le devuelven de sí mismo durante su infancia y adolescencia sin dudas lo afectará de manera muy importante en el desarrollo de su personalidad y la construcción de su autoestima. Hace unos días la psicóloga de un colegio en el que trabajo me dice sobre un alumno: ‘Tal vez este chico necesite medicación’. El chico pega a sus compañeros. Pero resulta que la hermana mayor, una adolescente malhumorada, tiene autorización de sus padres para fajarlo si se porta mal. La madre, observé, se refiere a él con palabrotas. A mí, el nene me contó que la abuela le recomendó que si un compañero le pega, que él le pegue también y si lo sigue ‘jodiendo’, que ‘le apriete los huevos’. El chico repite lo que vive en la familia pero no necesita medicación”, cuenta la psicopedagoga Dueñas, licenciada en Ciencias de la Educación.
“Nos encontramos con niños que son rotulados y medicados por presentar dificultades en la escuela o en el ámbito familiar de un modo inmediato, sin que nadie los haya escuchado; sin referencias a su contexto y a su historia, sin que se haya realizado ningún intento de comprender sus conflictos ni de ayudarlo de otros modos. Estamos en un momento crítico, porque los laboratorios avanzan en su intento de que todo sea medicado. Lo que está pasando con este tema es atroz. Se medica a chicos chiquitos como si se les diera agua, con una medicación que trae problemas de crecimiento, trastornos cardíacos, aparición de síntomas psicóticos”, señala Beatriz Janin, reconocida psicoanalista de niños, profesora de posgrado de la UBA y directora de la Carrera de Especialización en Psicoanálisis con Niños de la UCES en convenio con la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires.
“Hay un problema muy serio porque se reduce la diferencia en los chicos a categorías psicopatológicas. No se hace un diagnóstico sutil y diferencial como se requiere en estos casos. Y se recurre a la medicación rápidamente”, opinó Marisa Rodulfo, otra prestigiosa especialista, profesora de Clínica de Niños y Adolescentes y docente de posgrado de la Facultad de Psicología de la UBA.
Benasayag, Janin, Rodulfo y Dueñas junto con la doctora en psicoanálisis Silvia Bleichmar y el neuropediatra Jaime Tallis, coordinador del Equipo Interdisciplinario en Aprendizaje y Desarrollo del Hospital Durand, elaboraron un documento que alerta sobre “el auge que ha tomado en los últimos años la patologización y medicalización de la infancia”. El texto, que fue entregado en el Ministerio de Salud de la Nación, se ha convertido en un “Consenso de Expertos sobre el llamado ADD/ADHD” al que han adherido ya casi un millar de especialistas de todo el país, entre ellos de la Sociedad Argentina de Pediatría, de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, del Colegio de Psicopedagogía de Santa Fe, de los hospitales de niños Garrahan y Ricardo Gutiérrez, de la UBA, entre otras instituciones abocadas al tema.
Puntualmente, objetan el extendido diagnóstico del ADD/ADHD y la prescripción indiscriminada de metilfenidato y otras drogas para su tratamiento: debe ser “el recurso último y no el primero”, señalan. Además, advierten sobre los efectos adversos de estos psicofármacos en la salud infantil, con cuadros que ya se están observando en las aulas y en los consultorios, luego de más de una década de diagnóstico de este cuestionado síndrome. “Los chicos que vienen medicados desde hace años con metilfenidato empiezan a tener tics, cuadros depresivos, trastornos de la alimentación. Algunos pierden el apetito. He visto a un chico de primer grado bajar siete kilos. Otros tienen dolores de cabeza o molestias urinarias: a veces te das cuenta de que está medicado por la cantidad de veces que va al baño en el día”, señaló Dueñas.
–¿Existe o no el ADD y ADHD? –le preguntó Página/12 a Benasayag.
–Lo que no se puede decir es que sea una nueva patología, como sostienen muchos. Se trata del viejo conjunto de síntomas conocidos con Disfunción Cerebral Mínima en chicos, publicado en febrero de 1973. Este cuadro recibió múltiples denominaciones a lo largo del tiempo. Sucede que están englobando bajo esas siglas distintas situaciones cuyo tratamiento no requiere medicación –explicó el neuropediatra, que fue profesor en la Facultad de Medicina de la UBA.
A pesar de cada vez se conoce más sobre los riesgos en los chicos de las drogas usadas en el tratamiento del llamado Trastorno de Déficit de Atención y crece el número de especialistas en el país que se opone a su prescripción indiscriminada, las ventas de los laboratorios siguen en alza. Los informes del Indec sobre la industria farmacéutica muestran que la facturación anual de los psicoanalépticos (en su mayor parte corresponden al metilfenidato, pero también incluye a la atomoxetina) llegó en 2005 a 153.581.000 pesos (a precios corrientes de salida de fábrica, sin IVA), cuando en 2004 fue de 100.678.000 pesos. Cuatro años atrás, en 2001, había sido de 89.585.000 de pesos.
© 2000-2010 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.

7 comentarios:

  1. En la experiencia de inserción de este año tuve la posibilidad de sentarme junto a un niño con "déficit de atención". Desde que la seño me sento con él, lo primero que me dijo es que no me hiciera problema por ese niño ya que él tenia problemas y estaba en tratamiento con una psicopedagoga.
    Como yo no soy muy obediente, dedique mis tres días de observación a ayudar a Tomas a copiar sus tareas y lograr su atención. Y garcias a mi inssitencia lo logre. el niño copio todas sus tareas y las resolvio muy bien sólo, aunque con mi supervisión. La seño reconocio su ezfuerzo y lo calificó positivamente, pero no creo que haya cambiado su postura hacia él, porque ella ya da por sentado que el está en manos de una profesional y a ella no le corresponde insistir en su aprendizaje.
    Lo que a mí me dijo esta situación fue que hay muchos niños que con mayor dedicación de parte del docente pueden salir adelante sin tener que llegar a ser medicados. Aunque reconosco que para un docente con 32 alumnos como era el caso del aula que observe, se hace dificil puntualizar su enseñanza a los chicos con problemas. Pero si el estado permitiera docentes de apoyo por aula o redujeran el número de alumnos por cursos, esto se podría tratar sin llegar a derivarlos como enfermos y medicarlos.

    ResponderEliminar
  2. Mariela, tu observación es más que oportuna. La postura de esa maestra es la de la mayoría: "si el chico tiene problemas, no es asunto mío".Todas las excusas son válidas, que te pagan mal, que son muchos chicos, que tenés dos o tres trabajos. Pero, si hay un juicio final y nos preguntaran: "¿Y que hiciste por ese niño, tu alumno, ese "Mauro" al que tenías la obligación ética de ayudar?".¿Qué responderíamos? Por que no hacer algo positivo, no es "hacer nada". Es hacer daño. Ese chico al que la maestra desconfirma permanentemente, construye su subjetividad a partir de esa "no acción" de la maestra, que en realidad es una acción de destrucción del otro. Es decirle diariamente:"No servís para nada,no tenés esperanza; por eso no me ocupo de vos."

    ResponderEliminar
  3. el mundo esta dominado por el facilismo que nos autoimponemos diariamente, eso se ve reflejado en estas cosas que se van transformando en una problematica social. Es algo que esta afectando a los niños en muchos aspectos. Esto generado por la desidia de los adultos y su ambicion economica (refiriendome a las ganancias extraordinarias de los laboratorios manejados por unos pocos). Se inventan titulos de patologias que hacen entrar al niño en un mundo de medicamentos dañinos para su organismo, cuando sus problemas podrian ser resueltos muchas veces escuchando y dialogando. La raiz del conflicto, debe ser atacada en primera instancia por los padres o la familia, y en segundo lugar en el ambito escolar.

    ResponderEliminar
  4. En las inserciones que tuve la posibilidad de compartir clases con chicos que los cuales tienen problemas de atención y la docente a cargo me hablaba de que el niño tenía malas notas y que .lo iban a derivar a una psicopedagoga porque ya no sabia que hacer pero en las pocas clases a las que asistí no vi en ningún momento que ella se acercara a conversar con el niño mucho menos que lo hiciera participar en clase .La docente por mas que tenga muchos alumnos se tiene que dar tiempo para todos sus alumnos y sobre todo hacerlos participar en clase para que ellos puedan desarrollar su potencial .por ello se tienen que poner excusas y ponerle mas énfasis a su trabajo porque estos problemas dañan a los alumnos.

    ResponderEliminar
  5. Ornella Vita, 2° 2da22 de junio de 2010, 15:16

    Muchas veces, cuando a los niños les pasan este tipo de cosas quieren decirnos algo más. Lamentablemente hay muchas maestras que si tienen un niño con problemas de conducta o de aprendizaje, simplemente baja los brazos y listo, es muy usual escuchar que las maestras dicen " Otra vez vos molestando?, Ay me tenés harta con tu comportamiento," y seguramente este niño quiso decirle algo más como por ejemplo que sus padres lo golpean, o que no está muy bien alimentado por eso no puede hacer bien la tarea.
    A la hora de dar clases hay que tener muy en claro este tipo de cosas, al ser maestras tenemos que conocer todo el ámbito del alumno, y no solo el escolar. Muchos niños lo que en realidad necesitan es un pocquito de atención o muchas veces un poco de cariño ya que en sus casas no lo reciben. Antes de enviarlo a una psicopedagoga hay que tener muy claros todos estos factores, porque enviandolo con ella podemos traumarlo un poco más de lo que está.
    Me pareció muy interesante el artículo, y como una compañera dijo, todos los artículos que ha publicado me parecen super importantes. Y después del cursado me gustaría seguir metiendome, y opinar de los que me gusten.
    me parece una gran idea esto de que todas podamos comentar sobre temas que se dan a diario en la vida, en la escuela y en todos lados !

    ResponderEliminar
  6. que tristeza me dió al leer este artículo, saber que hay niños que son medicados en vez de ver que necesitan, cual es su razón de ser así, indudablemente nos están llamando la atención, nos quieren decir que les prestemos atención, pero el docene debe pensar que si no se preocupan los padres porque se va a preocupar él, es muy egoísta, pero yo se de muchos que piensan así y me pregunto ¿Porqué no piensan que ese niño puede ser su hijo, o su ser querido, por qué no ayudarlo sies un ser indefenso y yo estoy capacitado para ayudarlo? Estos docentes y los mismo doctores que es vez de tratarlo directamente lo medican, sin tener en cuenta nada sobre él y su vida.

    ResponderEliminar
  7. La escuela está pensada para la educación homogénea. De allí se sigue que el que no aprende así, el que no se adapta a lo que la mayoría se "banca", es anormal. Y si es anormal no tiene por qué ser problema de una maestra común. ¿Pero por qué pensamos así? ¿De dónde sale la idea de la homogeneidad? Basta mirar alrededor, niños, plantas, animales,lo que fuere, para ver que lo "normal" es la diversidad. Entonces, en el aula, hay muchos chicos que pueden trabajar muy bien, aprender maravillosamente, sin que el maestro tenga que estar a su lado permanentemente. Otros chicos, en cambio, necesitan un apoyo y un seguimiento mucho más cercano. La idea de maestro mediador es precisamente trabajar con cada uno en su ZDP. Y ésta es necesariamente diversa.

    ResponderEliminar

Seguidores