domingo, 18 de julio de 2010

¡Cultivemos la oreja verde!

UN SEÑOR MADURO CON UNA OREJA VERDE

Un día, en el expreso Soria-Monteverde,
vi subir a un hombre con una oreja verde.

Ya joven no era, sino maduro parecía,
salvo la oreja, que verde seguía.

Me cambié de sitio para estar a su lado
Y observar el fenómeno bien mirado.

Le dije: Señor, usted tiene ya cierta edad;
dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?

Me contestó amablemente: yo ya soy persona vieja,
pues de joven sólo tengo esta oreja.

Es una oreja de niño que me sirve para oír
cosas que los adultos nunca se paran a sentir:

Oigo lo que los árboles dicen, los pájaros que cantan,
las piedras, los ríos y las nubes que pasan;

oigo también a los niños cuando cuentan cosas
que a una oreja madura parecerían misteriosas…

Así habló el señor de la oreja verde
Aquél día, en el expreso Soria-Monteverde

Gianni Rodari

2 comentarios:

  1. A veces, yo también siento que tengo una oreja verde porque me interesan y comprendo las ideas y opiniones de los niños. Me gusta oir lo que dicen porque en cada palabra muestran lo que sienten, porque cada simple expresión revela su interior, sus alegrías, sus conflictos... Poder leer sus caras y oir sus relatos con esta oreja, muchas veces me permite llegar a ellos con mayor facilidad. Tal vez, sea esta oreja inmadura la que me inspira estudiar esta carrera, a esta altura de mi madurez...

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  2. ¡Qué bueno! No pierdas nunca la oreja verde ...

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